jueves, 10 de marzo de 2011

LOS CIEGOS


Un lazarillo necesito
para guiarme por el camino
pues un bastón no es suficiente
para llegar a mi destino.

Pero aún estando ciega
amor tendré en mi vida
y no por mucho caminar
llegaré hasta la orilla.

Tengo mi corazón ajado
por no poder verte
pero tocando tu piel
podría reconocerte.

Y es que un ciego
también necesita cariño
pues por no ver las cosas
reconoce el sacrificio.

María Fernández Alarcón (1º ESO)

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