En el parque yo estaba,
por el tobogán me tiré
y de la tristeza que tenía
se puso a llover.
No pude parar
porque el dolor
que sentía
era inmortal.
Terminé de llorar
y cuando se puso el sol
me puse a gritar.
Lo que yo sentía no era dolor
sino el corazón partido en dos
Marina Cortés Porras (1º ESO)
Un poema desgarrador y, al mismo tiempo, hermoso. (Como debe ser).
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