Esta mañana
vi una princesa
que en sus brazos llevaba
un gato que pesa.
Y tanto pesaba,
que la princesa llegó cansada
a la casa que tanto amaba,
y después de haber dormido
todavía estaba agotada.
A comer se había ido,
y con hambre se quedó,
pues cuando volvió
otra vez comió
Elena González Urbaneja (1º ESO)
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