si todo vuela,
si todo pasa.
Nada perdura, todo se acaba.
Siempre se queda aunque lo expulse.
Fantasmas que parecen irse,
pero están grabados a fuego.
Recuerdos que duelen.
Dime, tú, río que brama,
¿por qué nunca te acabas?
Dime, tú, océano que ruge,
¿dónde está tu fin?
Ojalá no nos acabemos,
no finalicemos.
Ojalá me hagas decir "te quiero".
Porque contigo, yo lo veo:
profundo como un mar,
constante como un río.
¿Podrías matar el dolor de mi corazón,
aunque digan que los ángeles no matan?
(Ana Moreno Ayala, 1ºBACH-B)
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