lunes, 25 de noviembre de 2013

MEMENTO MORI, CARPE DIEM

¿Más trabajar? ¿Para qué? ¿Para ganar más dinero? ¿Eso te satisface? Ah, que te encanta comprarte cosas… Y dime, ¿eso te llena?, ¿eres feliz con esas cosas materiales? ¿Trabajando día y noche para que unas cuantas cosas bonitas te hagan feliz? ¿Sacrificar el calor de las personas para sentirte bien durante unos minutos delante del espejo? No lo creo, no creo que te compense perderte las pequeñas cosas de la vida, como esos momentos calentitos en la cama antes de que suene el despertador, por llevar un nivel de vida demasiado alto.

¿Mirarse cuarenta y cinco mil veces al espejo? Dime, ¿para qué? ¿Acaso no acabaremos todos calvos y bajo tierra? La belleza es algo que viene y se irá, sin embargo, un interior bonito perdurará en ti por siempre, y lo que es más importante, en la esencia que dejes en los que se quedan aquí.

Dime, ¿te hace bien eso de preocuparte por cosas estúpidas? Dándole vueltas una y otra vez... ¿Acaso no ves que quedarán en el olvido? Disfruta del ahora, haz lo que sientas, dejando a un lado las preocupaciones, porque te pregunto, ¿sabes dónde estarás mañana? ¿O dentro de unas horas?

Entonces, ¿por qué tantas preocupaciones? Éstas vienen y van, una vez se haya ido una, vendrá otra y otra y otra... Por lo tanto, vamos a tomarnos la vida más despacio, sentados en un banco de una estación de tren, esperando a coger el nuestro, disfrutando al máximo ese viaje, visitando todos los compartimentos, conociendo a cada una de las personas y sus historias… Que ese final, ese destino, se nos haga muy lejano; y cuando llegue, mirarlo fijamente, plantarle cara y decirle, con una amplia sonrisa: Te estaba esperando.

(Laura Ruiz, 1ºBACH-B)

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