Su playa marinera
y su cálido mar
con su fino oleaje
¡qué bonitos que están!
El viento y el sol
siempre esperan mi llegada
y aunque yo allí no vaya
alegres calman la playa
Sus calles engalanadas
con sus flores y su encanto
esperando su feria
que a mí me gusta tanto
¡Ah! y no puedo olvidar
ese torreón mío
que tanto me gusta estar
y mirar desde sus vistas al mar
Y siempre recordar
esa iglesia tan bella
a la que vamos a rezar
para que se haga la paz
María Fernández Alarcón (1º ESO)
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