Cuando el glaciar encalló en a la playa, todo el mundo se acercó a verlo. Entonces descubrieron el pingüino, que estaba picando algo. Pero nadie lograba ver qué picoteaba, porque el animal era fiero y chillaba cada vez que alguien se aproximaba a él.
Cuando el niño José bajó de su viaje en noria, se dirigió sigilosamente a la playa. Ya era de noche y la gente se había dispersado. Se dio cuenta entonces, aterrorizado, de que el pingüino picaba sobre una niña congelada. Al ver a José, el ave se lanzó contra él y acabó con su vida a picotazos. De pronto, el glaciar se movió y desapareció.
Tiempo después, un chico que montaba en noria pudo contemplar, desde la altura, un gran iceberg aproximándose al muelle. Le resultó fascinante. Bajó de la noria y se acercó. Había dos niños congelados dentro. Escuchó, tras su nuca, un chillido que le heló todo el cuerpo...
(Jesús Maza, 3ºESO)