Hace un par de años, viajé a la República Dominicana con mi familia. Allí no conocía a nadie de mi edad, era todo completamente nuevo. En el hotel, había una piscina preciosa, donde se veía la playa si te asomabas a la terraza. Había un banco, donde yo me senté, era bajo y muy bonito.
A los dos días, miré el banco para saber que estilo tenía, y me dijeron que era un banco bohemio y bajo, y era muy especial, porque muchos amigos, parejas, etc, se habían conocido allí, y también me dijeron que si te sentabas de noche en ese banco, mirabas las estrellas y pedías un deseo, se cumpliría.Me quedé asombrada con la historia, y mis padres me contaron, que se conocieron allí, que ese banco unía muchos corazones, y que por eso era especial.
Me metí en la piscina para nadar, se me había olvidado la historia en ese momento, y sin darme cuenta me senté en el banco. Cuando me giré, me encontré a una niña sentada al lado de mí llamada Alicia. Nos hicimos muy amigas, y lo mejor de todo es que éramos de la misma ciudad, Málaga, concretamente de Mijas. Volvimos a casa, y desde ese año, íbamos siempre allí de viaje, a ver el banco que nos unió, el banco bohemio y bajo, ese que unió corazones y seguía uniéndolos.
Alba Moreno Lupión 2ºESO-C
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