Pepillo era un niño que siempre por la calle se encontraba cinco céntimos, y se compraba un palote. Hasta que salieron palotes de otros sabores... Era una persona muy desagradable, porque siempre contestaba mal a la gente. En cuanto al físico, era gordo, feo y no paraba de comer a todas horas. Vivía en Málaga, en Alhaurín, en una casa con una habitación, con un gato y un palote parlante.
Quería que le contrataran en un trabajo con un sueldo de mil quinientos euros y tres meses de vacaciones pagadas. Para conseguirlo paseaba todos los días por el parque y por todas las calles buscando cinco céntimos. Quería comprarse el súper palote nuevo del quiosco. Tuvo varios problemas, como por ejemplo que su madre no le dejaba ir y su padre lo castigó sin salir. Tampoco tenía medios para llegar al lugar. Y muchas cosas más. Así que se alió con su gato, se enfrentó a su vecino y cortó el césped. Luego repartieron las chuches entre los dos y enterraron el tesoro en el jardín.
Al final, Pepillo se compró una hucha para ahorrar dinero y hacerse con toda la caja de los palotes, y no los iba a compartir porque decía que le costaba mucho ahorrar el dinero. Pepillo creció y le seguían gustando.
("Cadáver exquisito" escrito por
Adrián Trujillo, Rafael Portillo,
Raúl Rueda y Nima Rasibdeen, de 3ºESO-C)
Me gusta mucho la historia, jajaja
ResponderEliminarÁlvaro Rodríguez Toledo 3º C E.S.O