Me crucé un día contigo
y muy pronto me perdí.
En tus laberintos quedé atrapada
y en tus mundos me reencontré.
Para mi sorpresa pronto descubrí
que no había salida.
Emprendí un viaje,
y a través de las palabras
viajé por tus mundos.
En tus mundos renací,
en tus mundos me perdí,
y en tus mundos conseguí
resguardo de la tormenta.
Seguí caminando
en busca del fin,
y a mitad me di cuenta.
No hay principio ni fin.
Pues yo misma era el comienzo,
yo misma era el fin
y yo misma era la salida.
RESHMA GURUNG
(1ºBACH-B)