Si observamos los anuncios de la televisión de hace tan solo cinco años atrás, podremos darnos cuenta de cómo la imagen femenina y masculina han sido tratadas con estereotipos que no encajan en la sociedad de hoy en día, pero que al ser anunciados, los más jóvenes han ido creciendo con esa idea en la cabeza.
Otros muchos anuncios, lo que fomentan son la imagen perfecta, usan "photoshop" o kilos de maquillaje para grabar un anuncio con una mujer bastante delgada y altísima o un hombre musculoso y con ojos claros. Por estereotipos como estos, millones de adolescentes no se sienten a gusto con ellos mismos e incluso pueden llegar a sufrir trastornos alimenticios.
Por otro lado, si observamos los anuncios veremos que los hombres son los cabeza de familia que conducen magníficos coches, y que en cada anuncio de limpieza aparece una mujer. Si los niños de hoy en día crecen con esta idea, esta será la que estará, inconscientemente, en sus pensamientos cuando crezcan. Y ya no tan solo hablamos de detalles como quién limpia o quién conduce, sino que en todos los anuncios de juguetes que he visto durante toda mi vida solo en uno chicos y chicas aparecen jugando con coches y muñecas por igual, el resto de los anuncios siguen llevando en pleno siglo XXI el estereotipo de que los chicos no juegan con barbies ni las chicas con coches. ¿No creéis que esto debería cambiar? Porque yo, al menos, sí, y creo que no he sido la única niña en haber jugado alguna que otra vez con coches de pequeña ni tampoco la única en haber visto a un niño jugar con muñecas y por eso ser considerado menos hombre.
Por último, me gustaría nombrar un anuncio que vi hace poco en la televisión, era de Disney Store y en él salía un niño jugando con la muñeca de una princesa y una niña jugando con uno de los coches de Cars. Esos son los tipos de anuncios que necesitamos, anuncios sin prejuicios, anuncios sin cuerpos imposibles, anuncios sin niños de azul y niñas de rosa, porque los niños son el futuro y si no paramos este tipo de publicidad, nos espera un mundo condenado al sexismo, un mundo lleno de desigualdad, injusticia y gente esclava. Un mundo infeliz.
(Triana Rivas Fernández, 4º ESO-A)