domingo, 22 de diciembre de 2013

POEMA EN PROSA

La brisa juega con las hojas, que caen al suelo como lágrimas de niño, de anciano, que llora. Lágrimas pesadas que se funden en tu pecho, en el suelo de piedra gris. El musgo crece, la hiedra trepa, rizándose desde tus pies a tu fría cabellera; el tiempo pasa y se torna verde, como verdes fueran tus ojos. El niño y el anciano lloran.

Un cuerpo cae inerte en la fría noche, mientras la hiedra se enrosca en tu cintura, te cubre los senos y el niño... Llora.

El frío viento te azota la cara, pero tú, fría y distante, pétrea y arbórea, no sientes nada, nada te toca.

En un arroyuelo cercano juegan las ninfas, ignoran que el frío las acecha. Un niño llora.

(Ana Moreno Ayala, 1ºBACH-B)

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